En un mundo lleno de imágenes la palabra usada para lanzar menajes cortos y concretos nos hace parar. El mundo del arte se llena estos días de micropoemas de letras luminosas. Sugerentes frases lanzadas en voz alta que nos conectan con una historia, un momento. Luces de neón que nos obligan a detenernos en lo importante, a recordarnos lo esencial.
El artista israelí Matos Yochai substitula con sus letras relucientes que estamos delante de un sugerente paisaje…y una pregunta flota en el aire. ¿Cuánto fue la última vez que contemplaste la belleza de una puesta de sol?
El controvertido Renzo Martins nos provoca con su trabajo “Enjoy Poverty”, un viaje al Congo en el muestra con crudeza e ironía el negocio de la pobreza, demostrando que genera más beneficios que la exportación de oro o diamantes.
Tracey Emin lleva veinte años trabajando con el neón en su obra. Pequeños relatos amorosos de tintes autobiográficos que nos invitan a dejar volar nuestra imaginación y que Emin transforma en algo plástico y estético.
Brüggemann apela también a la estética del neon para trabajar el mundo de las contradicciones y el valor de lo efímero. La palabra como desafío de la realidad.
In a world full of pictures, the word used to send short and specific messages stops us. Today, the world of art is filled up of micropoems with shining letters. Suggestive phrases thrown aloud that connect us with a story, a moment. Neon lights that compels to halt us on what’s important, to remind ourselves what’s essential.
The Israeli artist Matos Yochai subtitles with shiny letters that we are in front of a suggestive scenery… And a question floats in the air. When was the last time that you stared the beauty of a sunset?
The controversial artist Renzo Martins provokes us with his work “Enjoy Poverty”, a journey to Congo in which he shows the business of poverty with harshness and irony, demonstrating that it causes more benefits than the exportation of gold or diamonds.
Tracey Emin has been working for twenty years with the neon in his job. Short love stories of autobiographical dye that invite us to let our imagination run free and so Emin can transform it in something plastic and aesthetic.
Brüggemann also appeals to the aesthetics of neon to work with the world of contradictions and the value of the ephemeral. The word as a challenge of reality.
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