Al principio era la montaña pedregal y macizo, picos y simas, piedra y roca/ Zai encuentra la línea que entiende la montaña/ juega en la nieve/ A tres horas de Zurich, envuelto entre las montañas, se encuentra el pueblo de Disentis. Y allí, escondido, está Zai, un universo dedicado al esquí. Simon Jacomet es el hombre que la puso en marcha. ¿Su sueño? Fabricar el mejor esquí… y hacerlo de la mano de la Naturaleza, no a pesar de ella.
Link: www.zai.ch
Disentis es la quinta parada del Global Nomads Project. Tres horas en la vida de un hombre que ha hecho del esquí su pasión, su medio de vida, su filosofía. “Zai el esquí más tenaz/ un titán/ que sabe lo que quiere/ incorruptible/ inquebrantable” * Como Simon Jacomet.
Preventi continúa su viaje por ciudades de todo el mundo. En esta ocasión, “The Global Nomads Project” viaja a Suiza para conocer a Simon Jacomet, y a todo un universo que gira en torno al esquí. Un lugar: la montaña…. Y Zai; la misma nieve, una experiencia distinta.
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Simon Jacomet en 42 palabras:
El contraste de colores como el verde y el rojo, o el amarillo y el azul es mi color favorito. Movimiento y durabilidad son los santos patrones de la calidad. Me gusta el sabor de… en realidad, me gusta el contraste que da la mezcla de sabores diferentes. No se puede explicar. Uno simplemente siente todo lo que hay detrás de unos Zai. El esquí y el arte tienen en común la posibilidad de eliminar barreras. Nunca viajo sin la alegría que da volver a casa.
La ventaja de ser pequeño es que no sientes la necesidad de contentar a medio millón de personas, y puedes mantener una cierto nivel de libertad. Mi libro favorito es el libro de visitas que tenemos en Zai, porque lo asocio a historias emocionantes de gente increíble. Me siento como en casa en las montañas. Reduce el diseño a lo que realmente eres. Suizasignifica para mí un cachito de orígenes. A la hora de comenzar un nuevo negocio, la ingenuidad puede ayudarte a precisamente a eso, a comenzar.
El próximo lugar que me gustaría visitar es: Groenlandia, a ser posible pasando por laPatagonia. El amor es respeto, tolerancia. El movimiento es expresión. Producir objetos de lujo implica seriedad y durabilidad. Zai es una gran oportunidad, que nunca más volverá a repetirse.
El modelo “Simon Jacomet” es un mocasin en piel natural color “tinto in capo”, con suela en cuero natural martillado, lavado en lavadora, secado naturalmente y acabado a mano. Su cosido Goodyear, llamado así en honor al fabricante que a finales del S. XIX inventó una técnica especial con la que coser doblemente el zapato, lo convierte en un accesorio para toda la vida, cómodo y versátil.
“Me gusta este modelo por el contraste entre la suavidad de la piel y la consistencia de la suela. Da gusto tocarlos. Con un diseño que se adapta perfectamente a la anatomía del pie,me siento bien llevándolos, y me alegra pensar que envejecerán conmigo”.
Como un homenaje a su Suiza natal: así son los esquís Zai. Precisos como un reloj de cuco, tan bellos como las cumbres que visten de blanco el horizonte del país. Su nombre –Zai– significa “tenaz” en Romansh, el dialecto del lugar. La marca, creada por Simon Jacomet en el año 2003, es sinónimo de osadía y visión, resultado de una pasión, -la nieve- que ha llevado a este suizo a plantear una forma nueva de pensar el diseño de esquís, que incluye la utilización de materiales como el granito, el caucho o la fibra de carbono, impensables hasta la fecha. ¿Cómo lo han hecho? Observando la Naturaleza, y planteando preguntas con respuesta.
Con alma de artista y cuerpo de atleta (Jacomet estudió Final Arts y Arquitectura en Florencia), después de trabajar para grandes como Salomon, y ante la falta de flexibilidad del mercado para probar, innovar y plantear nuevas vías, Jacomet sintió que era el momento de volar, asumir el riesgo e intentarlo por cuenta propia. Tras siete años de mucho trabajo, Zai se ha hecho con un nicho de mercado, tan virgen como la nieve que cubre los Alpes: la gama alta de un producto, que en Zai oscila entre los 2.500 y los 9.800 francos suizos.
Marcas como Hublot o Bentley saben que Zai es especial y muy diferente, y ya han lanzado sendas ediciones limitadas de modelos surgidos de la colaboración con uno y otro equipo de diseño. Tenaz, tan “zai” como Simon Jacomet.
Preventi: Después de trabajar durante años para firmas como Salomon, en el año 2003 fundó Zai. ¿Cómo y por qué decidió dar ese salto?
Simon Jacomet: Cuando comencé Zai, el mundo del esquí atravesaba un momento especial, muy emocionante. Tras cinco años de innovación, el mercado se había estancando. Todo era muy repetitivo, las marcas se copiaban unas a otras sin parar y, cuando intentabas algo nuevo, la presión de las grandes firmas era muy grande. Te decían: “no podemos hacerlo, es muy caro”, o “ es una locura utilizar ese material”… o “el cliente no lo entenderá”…
Pero yo llevaba esta inquietud muy dentro de mí. Estudié Arquitectura y Arte en Florencia, y en realidad acabé trabajando en el desarrollo de este producto (el esquí) porque me buscaron. En 2003, al sentir la frustración de no poder intentarlo con las marcas para las que trabajaba, un amigo me dijo: ¿Por qué no lo haces tú mismo?
Era el camino más difícil, uno tiene que estar muy seguro… pero fue la libertad, la posibilidad de probar cosas nuevas -sin ningún compromiso-, la que me fascinó. Para mí, el “cómo” es mas importante que el “qué”, porque es en el proceso donde encuentro la intensidad, y con ella, la ocupación… y el disfrute.
Y luego está la historia de las marcas. Soy muy poco “marquista”, pero me resulta muy interesante poder asomarme a la historia de algunas de ellas, conocer el trasfondo, lo que hay detrás. Zai es una marca que esconde un universo, una particular forma de ver la vida.
Preventi: ¿Y cómo consiguió dar con el equipo humano necesario para desarrollar su proyecto?
Simon Jacomet: Todos los que estamos aquí somos amantes del esquí, gente de la región que conoce muy bien este deporte y sabe lo que hace. Fuera de mis competencias, siempre he querido trabajar con profesionales que fueran mejor que yo. Es algo que me motiva. Conseguir el equipo no ha sido fácil, porque todos somos gente con carácter, y a veces, en el contacto con los demás surgen roces…
Estos seis años han sido todo un proceso. Como en toda empresa, hemos tenido problemas: desde una máquina que de repente se estropea, hasta la toma de decisiones difíciles: cuesta separarte de una persona y prescindir de ella. La gestión del talento no es fácil, pero es muy emocionante.
Hace ahora un año, se incorporó a Zai un nuevo gerente, Benedikt Germanier. Estudió económicas, y es una persona de mente muy abierta, un librepensador. Trabajaba en Wall Street, en Nueva York, en un puesto de mucho nivel. Suizo como yo, venía a pasar las vacaciones con su mujer y sus cuatro hijos a su casa de la montaña. Un día me dijo: “¿Sabes? La gente allí es muy envidiosa”. “¡Ven a trabajar con nosotros!”, le propuse. Había recibido una oferta de mucho nivel por parte de un banco suizo, pero la rechazó… y se vino con nosotros. Proyectos como Zai te dan la posibilidad de conocer a gente muy interesante.
Preventi: El esquí es su afición… y trabajo. ¿Qué significa para Simon Jacomet este deporte?
Simon Jacomet: La nieve me da equilibrio, y es mi medio de expresión. Cuando esquío, me olvido completamente el trabajo. Soy mal bailarín. Bueno, quizás ahora con estos zapatos lo haga mejor, (ríe), pero lo cierto es que todos esos pasos, a ras de tierra… me resultan difíciles. Yo bailo allí arriba, en la nieve… Porque la nieve siempre es diferente: unos días es suave, otros está mojada, otros es fría. En verano, cuando hago senderismo por la montaña, a veces me sorprendo pensando: “mira, por ahí has pasado esquiando”… o, “en invierno probaré a venir por aquí”. La montaña ejerce una gran fascinación sobre mí.
Preventi: Sus esquís han revolucionado el mercado. El modelo Spada incorpora materiales como la piedra, hasta ahora impensables en el desarrollo de este producto. ¿Es la Naturaleza para Zai medio y fin al mismo tiempo?
Simon Jacomet: Cuando era pequeño iba al colegio aquí, en la abadía de Disentis. Mucha gente tenía miedo a subir a las montañas, porque era peligroso. Recuerdo que uno de los monjes nos decía que debíamos respetar la montaña, pero no debíamos tenerle miedo. Cuando comencé a repensar el desarrollo del producto, buscaba un material que fuera resistente, y al mismo tiempo estuviera disponible en grandes cantidades. Entonces miré la montaña y dije: “¡Piedra!” Parece impensable, pero, gracias a la tecnología, es posible adaptar esos materiales y convertirlos en algo revolucionario. Nuestra misión no es la de hacer esquís de lujos, nuestro objetivo pasa por fabricar los mejores esquís, para que la gente suba allí arriba y disfrute la experiencia. La vista es sencillamente espectacular. En Zai, lo único que hacemos es intentar mantener una tradición. Nunca hemos intentado convencer a nadie para que compre Zai. Pero la gente siente la diferencia.
Preventi: Con una gama de precios que oscila entre los 2.500 y los 5.900 francos suizos para la linea Zai y los 8.000 y 9.800 francos suizos para las ediciones especiales que la marca ha lanzado con Hublot y Bentley respectivamente, ¿cómo justifica el precio final del producto?
Simon Jacomet: Es toda una argumentación, resultado de una filosofía y una forma de trabajar muy concreta: detrás hay todo un proceso de pensamiento crítico… y un deseo: hacer un producto de la mejor calidad, y muy duradero.
Nuestro objetivo es reducir el diseño al mínimo para ofrecer la mejor experiencia de esquí, y hacerlo nos lleva mucho tiempo: tardamos cerca de ocho horas en fabricar un esquí, cuando el tiempo medio de cualquier marca convencional es de cuarenta minutos. Un esquí Zai cuenta con cerca de 42 piezas, cuando uno normal no llega a las 10. Es un proceso único, que aúna alta tecnología con saber-hacer humano. Por eso nunca nos podrán copiar, porque para una marca comercial este promedio de fabricación sería impensable.
Y luego están los valores de marca: la personalización, el servicio al cliente, la transparencia. Hemos llegado a fabricar un par de esquís con la madera que el cliente –carpintero de profesión-, quiso traer hasta Disentis. Los hemos tintado de color naranja a petición de otro cliente, y más de una persona se ha desplazado hasta nuestras instalaciones para seguir paso a paso el proceso de fabricación de su pedido. La transparencia, la precisión, el contacto con el cliente, y nuestra filosofía “slow” son las que hacen de Zai un producto único.
In the beginning/ was the mountain/ moraine and massif/ craggy and cleft/ rock and rubble/ zai finds the line that understands the mountain/and plays in the snow. Three hours away from Zurich, surrounded by mountains, is the village of Disentis. And there is also Zai, a hidden universe devoted to ski. It was created by Simon Jacomet with a dream in mind. To produce the best ski ever….hand in hand with Nature, not in spite of it. www.zai.ch
Disentis was the fifth stop for the Global Nomads Project. Three hours in the life of a man who has turned ski into his passion, lifestyle and philosophy. “zai, the tougher ski/ a titan /who knows what he wants /uncompromising/ immortal* Just like Simon Jacomet.
Preventi has travelled to Switzerland to meet Simon Jacomet and an entire universe that revolves around ski. A place: the mountains. And Zai; the snow itself, a different experience.
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Simon Jacomet in 42 words:
The contrast of colours such as green and red, or even yellow and blue that is my favourite colour. Zai finds the line that understands the mountain and plays in the snow like the jackdaws in the sky. I like the taste of the contrast obtained by combining different flavours. You feel what’s behind them, you are not able to explain it. Ski and art have one thing in common the ability to remove barriers. I never travel without the joy of coming back home.
This is the advantage of being small: we don’t have to reach half million of opinions, we can be quiet uncompromising. My favourite book is our guest book at Zai, because it reminds me of exciting stories about amazing people. I feel at home in the mountains. Reduce the design to what you really are. The meaning of Switzerland for me is a little piece of where I come from. When it comes to starting a new business, naivety can help you to do that precisely, to start. A place I would like to visit next: Greenland, if possible via the Patagonia. Love isrespect, tolerance.
Zai, the tougher ski, a titan who knows what he wants, uncompromising, immortal. Manufacturing luxury items implies reliability and durability. Zai is a big chance, that will ever come again.
“What I like about this model is the contrast between the smoothness of the leather and the sole’s consistency. They are nice to touch. With a design that adapts perfectly to the anatomy of the foot, I feel great while I am wearing them, and I’d like to think that we’ll grow old together”
The “Simon Jacomet” model is a “tinto in capo” natural colour leather ankle shoe, with a natural peened leather sole, machine washed, naturally dried and hand finished. Its Goodyear stitching is named after the manufacturer who at the end of the XIX century invented a special technique to double stitch the shoe, turning it into a lifelong, comfortable, versatile accessory.
Like a tribute to Switzerland, his homeland: this is what the Zai skis are like. Precise like a cuckoo clock, beautiful like the white peaks dotting the country’s skyline. Its name-Zai- means “tough” in Romansh, the local dialect. Created by Simon Jacomet in 2003, the brand is synonymous with daring and vision, originating in a passion -snow- which has driven this Swiss man to suggest a new outlook in the design of skis, such as the use of materials never considered before like granite, rubber and carbon fibre. How has he attained it? By observing nature and formulating questions that could be answered.
Combining an artistic soul with an athletic figure (Jacomet studied Fine Arts and Architecture in Florence) and after working for household names such as Salomon, Jacomet clashed with the market’s lack of flexibility to try, innovate and suggest new ways, so he decided it was time to fly, assume the risk and try for himself.
After seven years of hard work, Zai has consolidated in a market niche that is as fresh as the alpine snow: a high end product oscillating between 2,500 and 9,800 Swiss Francs. Brand names such as Hublot or Bentley recognise Zai as special and very different, and for that reason they have both already launched limited editions of models created in collaboration with its design team. Tough, like “zai”, like Simon Jacomet.
Preventi: After working for Salomon during several years, you founded Zai in 2003. Why and how did you decide to take the leap?
Simon Jacomet: When I started with Zai, the world of ski was going through a special, very exciting moment. After five years of innovation, the market was in a rut. Everything was very repetitive, brands were just copying each other all the time and, whenever you tried something new, there was a huge pressure from the bigger names. They would say: “we cannot do that, it’s too expensive” or “using that material would be crazy”… or “the customers will not understand it”…
But I had this desire inside of me. I studied architecture and arts in Florence and I only ended up working as a developer of ski products because I was head hunted. In 2003, I started feeling frustrated because I was not able to try my ideas with the firms I used to work with, so a friend asked me: Why don’t you do it by yourself?
It was the most difficult way to do it, because you must be really certain… but I was fascinated by the freedom and the possibility to try new things –with no compromise. I think “how” matters more than “what”, because it is during the process that I am able to find the intensity as well as the activity… and the enjoyment.
And then there is the issue of the brands. I am not a fan of brand names, but I do find that the history and the background behind some of them are very interesting. Zai is a brand name with a whole universe behind it, a peculiar lifestyle.
Preventi: And how did you manage to find the required staff to develop your project?
Simon Jacomet: All my staff and myself are passionate about ski. We are local, knowledgeable people who understand the sport very well. Apart from my own competencies, I have always wanted to work with professionals who were better than myself.
This is something that keeps me motivated. It was not easy to find my team, because we all have our tempers and that sometimes creates friction… these six years have been quite a process. Like all companies, we had our problems: a machine breaking down unexpectedly, and making difficult decisions: it’s difficult to say goodbye to somebody and having to do without them. Managing talent is not an easy task, but it is very exciting.
Almost a year ago now, Benedikt Germanier joined Zai as the new managing director. He studied Finance and is a very open minded person, a free thinker. He used to have a top position in Wall Street, New York. A Swiss man like myself, he used to come and stay at his home in the mountains with his wife and children during the holidays.
One day he told me: “Did you know something? People over there are very envious”. “Come and work with us!”, I suggested. He received a high profile offer by a Swiss bank, but he rejected it… and he joined us. Projects like Zai enable you to meet very interesting people.
Preventi: Ski is your hobby…and your work. What does this sport mean to Simon Jacomet?
Simon Jacomet: Snow gives me a balance, and it is my form of expression. When I am skiing, I completely forget about work. I can’t dance. Well, maybe with these shoes I will be able to do it better (laughs), but to be honest, taking all those steps on the same level as the ground….it’s difficult for me. I do my dancing up there, in the snow…Because snow is always different: sometimes it’s soft, sometimes it’s wet or cold. In the summer, when I go hiking through the mountains, sometimes I wonder and say to myself: “look, I have past this place while skiing”…. Or even “I will try to come this way in the winter”. The mountains create a strong fascination for me.
Preventi: Your skis have revolutionised the market. The Spada model incorporates materials such as stone, an unthinkable material to develop a product of this type until now. Is nature your end and your means at the same time?
Simon Jacomet: When I was young I used to go to school here, at the Disentis abbey. A lot of people were scared to go up in the mountains because it was dangerous. I remember that one of the monks used to tell us that we had to be respectful with the mountains, but we should not be afraid of them. When I started to rethink the development of the product, I was looking for a resistant material which, at the same time, would be available in great quantities.
Then I looked up to the mountains and said to myself: “Stone!” It does seem unthinkable but, thanks to technology, it is possible to adapt these materials and turn them into something revolutionary. Our mission is not manufacturing luxuries skis, our goal is to manufacture the best skis, so people can go up there and enjoy the experience. The views are simply amazing. At Zai, all we do is try to maintain a tradition. We have never tried to convince anybody to buy Zai products. But people can feel the difference.
Preventi: With a price range between 2,500 and 5,900 Swiss francs for the Zai line and between 8,000 and 9,800 Swiss francs for the special editions that the brand has launched with Hublot and Bentley respectively. How do you justify the retail price of the product?
Simon Jacomet: There is a full argumentation resulting from a very peculiar philosophy and working method: what lies behind it all is a critical thinking process… and a wish: to manufacture the best possible quality and very durable product. Our aim is to reduce the design as much as possible in order to offer the best skiing experience and by doing this we consume a lot of time: it takes up to eight hours to manufacture each of our skis, while any conventional brand will take up to forty minutes.
A Zai ski is made up of approximately 42 pieces, while any average ski would consist of 10. It’s a unique process combining high technology with human know-how. That is why we can’t be copied, because no commercial brand would be able to afford this average time of manufacturing.
And also there are our brand’s values: customisation, customer service, transparency. We have even manufactured a pair of skis with a plank of wood that one of our customers- a professional carpenter- brought all the way up to Disentis. We dyed it orange as per the customer’s request and there have also been a few people who have visited our premises to follow the manufacturing process of their own order step by step. Transparency, precision, contact with the customer and our “slow” philosophy is what makes Zai an exclusive product.
In principio era la vetta /Pietrisco e roccia/ crepacci e picchi /sasso e masso zai trova la linea /che capisce la vetta /gioca nella neve /come la taccola in ciel. Simon Jacomet è l’uomo che l’ha messo in marcia. Il suo sogno? Fabbricare gli sci migliori… e farlo ricorrendo alla Natura, ma evitando di arrecarle danno. www.zai.ch
Disentis è la quinta fermata del Global Nomads Project. Tre ore nella vita di un uomo che ha fatto dello sci la sua passione, il suo mezzo di sostentamento, la sua filosofia. “zai, lo sci più tenace /un titano/ che sa ciò che vuole/ incorruttibile / indistruttibile” * Come Simon Jacomet.
Preventi ora va in Svizzera a conoscere Simon Jacomet e tutto un universo che gira attorno allo sci. Un luogo: la montagna. E Zai; la stessa neve, un’esperienza differente.
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Simon Jacomet in 42 parole:
Il contrasto di colori come il verde e il rosso, o il giallo e l’azzurro è il mio colore favorito. Zai trova la linea che comprende la montagna e gioca nella neve come i corvi nel cielo. Mi piace il sapore del contrasto che produce la miscela di sapori differenti. Senti che c’è qualcosa dietro, ma non sai spiegare cos’è. Lo sci e l’arte hanno in comune la possibilità di eliminare barriere.
La performance e la longevità sono i santi patroni della qualità. Non viaggio mai senza la felicità che mi provoca il ritorno a casa. Il mio libro favorito è il libro dei visitatori che abbiamo a Zai perché lo associo a storie emozionanti di gente incredibile. Questo è il vantaggio di essere piccoli: non dobbiamo gestire mezzo milione di opinioni, possiamo essere tranquillamente disimpegnati. Mi sento come a casa tra le montagne. “Ridurre il design a quello che sei veramente”.
Svizzera significa per me un pezzettino delle mie origini. Quando si fonda una nuova impresa, l’ingenuità può aiutarti a precisamente a fare quello che stai facendo: cominciare. Il prossimo luogo che mi piacerebbe visitare è: la Groenlandia e, possibilmente, passando per la Patagonia. L’amore è rispetto, tolleranza. “Zai, lo sci più robusto, un titano che sa quello che vuole, intransigente, immortale”. Produrre oggetti di lusso implica serietà e durevolezza.“Zai è una grande opportunità che non si ripeterà”.
“Mi piace questo modello per il contrasto tra la morbidezza della pelle e la consistenza della suola. È un piacere toccarle. Il loro design si adatta perfettamente all’anatomia del piede, mi sento bene quando le indosso e mi rende felice l’idea che invecchieranno con me.”
Il modello “Simon Jacomet” è un mocassino in pelle naturale colore “tinto in capo”, con suola di cuoio naturale martellato, lavato in lavatrice, asciugato al naturale e rifinito a mano. Ha cuciture Goodyear, dette così in onore del fabbricante che alla fine del XIX secolo inventò una tecnica speciale per cucire doppiamente la scarpa e convertirla in un accessorio comodo e versatile per tutta la vita.
Come un omaggio alla sua Svizzera natale: così sono gli sci Zai. Precisi come un orologio a cucù, belli come le cime che vestono di bianco l’orizzonte del paese. Il loro nome Zai significa “tenace” in Romancio, il dialetto locale.
Il marchio, creato da Simon Jacomet nel 2003, è sinonimo di audacia e visione, risultato di una passione -la neve- che ha portato questo svizzero a creare una nuova forma di concepire il design per lo sci, che include l’uso di materiali come il granito, il sughero o la fibra di carbonio, impensabili fino ad oggi. Come l’hanno fatto? Osservando la Natura e ponendosi delle domande alle quali c’è risposta.
Dotato di anima di artista e corpo d’atleta (Jacomet ha studiato Belle Arti e Architettura a Firenze), dopo aver lavorato per grandi come Salomon e aver sperimentato la mancanza di flessibilità del mercato per quel che riguarda la sperimentazione, l’innovazione e l’impostazione di nuove vie, Jacomet ha sentito che era il momento di volare e di assumersi i rischi di avviare un’impresa per proprio conto.
Dopo sette anni di intensissimo lavoro, Zai si è ricavata una nicchia nel mercato, vergine come la neve che ricopre le Alpi: la gamma alta di un prodotto, che a Zai oscilla tra i 2.500 e i 9.800 franchi svizzeri (1.700-7.000 euro circa). Marchi come Hublot o Bentley sanno che Zaiè speciale e molto differente e hanno già aperto nuove strade lanciando edizioni limitate di modelli nati dalla collaborazione tra le loro équipe di design. Tenace, ovvero “zai” comeSimon Jacomet.
Preventi: Dopo aver lavorato per anni per marchi come Salomon, nel 2003 ha fondato Zai. Come e perché ha preso la decisione di compiere il grande salto?
Simon Jacomet: Quando ho aperto Zai, il mondo dello sci stava attraversando un momento speciale, molto emozionante. Dopo cinque anni di innovazione il mercato ristagnava. Tutto era molto ripetitivo, i marchi si copiavano tra loro e, quando si tentava di fare qualcosa di nuovo, la pressione delle grandi firme era molto forte. Ti dicevano: “non possiamo farlo, è molto caro”, oppure “è una pazzia utilizzare questo materiale”… o anche “il cliente non lo capirà”…
Ma dentro di me restava quella forte inquietudine. Ho studiato Architettura e Belle Arti a Firenze e, in realtà, ho finito per lavorare allo sviluppo di questo prodotto (lo sci) perché sono venuti in cerca di me. Nel 2003, in un momento di frustrazione di fronte ai tentativi falliti con i marchi per i quali lavoravo, un amico mi ha detto:” Perché non lo fai tu allora?”
Era il cammino più difficile, uno deve essere molto sicuro… ma è stata la libertà, la possibilità di provare cose nuove -senza nessun impegno- ad affascinarmi. Per me, il “come” è più importante del “cosa” perché è nel procedimento nel quale trovo l’intensità, e con essa l’occupazione… e il divertimento.
E poi c’è la storia dei marchi. Non sono fanatico dei “marchi”, ma per me è molto interessante potermi affacciare sulla storia di alcuni di essi, conoscerne il background, quello che c’è dietro. Zai è un marchio che nasconde un universo, una forma particolare di vedere la vita.
Preventi: E come è riuscito a trovare l’équipe necessaria per sviluppare il suo progetto?
Simon Jacomet: Tutti noi, qui presenti, siamo amanti dello sci, gente della regione che conosce molto bene questo sport e che sa quello che fa. Al di fuori delle mie competenze, ho sempre voluto lavorare con professionisti che fossero meglio di me. È una cosa che mi motiva. Trovare l’équipe non è stato facile perché tutti abbiamo un forte carattere e, a volte, nel contatto con gli altri scoccano scintille…
Questi sei anni sono stati un lungo processo. Come in qualsiasi azienda, abbiamo avuto dei problemi: dal macchinario che si rompe improvvisamente, fino al dover prendere decisioni dure: è difficile separarsi da una persona e doverne fare a meno. La gestione del talento non è facile, ma è molto emozionante.
Un anno fa a quest’ora Zai ha acquisito un nuovo dirigente, Benedikt Germanier. Benedikt ha studiato Economia e Commercio ed è una persona dalla mente molto aperta, un libero pensatore. Lavorava a Wall Street, a New York, in un posto di alto livello. Svizzero come me, veniva a passare le vacanze con sua moglie e i suoi quattro figli nella sua casa in montagna. Un giorno mi ha detto: “Sai una cosa? La gente là è molto invidiosa”. “Vieni a lavorare con noi!”, gli ho proposto. Aveva ricevuto un’offerta di alto livello da parte di una banca svizzera, ma l’ha rifiutata… ed è venuto con noi. Progetti come Zai ti danno la possibilità di conoscere gente molto interessante.
Preventi: Lo sci è la sua passione… e il suo lavoro. Cosa rappresenta per Simon Jacomet questo sport?
Simon Jacomet: La neve mi dà equilibrio ed è la mia maniera di esprimermi. Quando scio, mi dimentico completamente del lavoro. Sono più ballerino. Beh, forse ora con queste scarpe lo farò meglio, (ride) ma è pur vero che tutti questi passi raso terra… mi risultano difficili. Io ballo lassù, sulla neve…
Perché la neve è sempre differente: un giorno è morbida, un altro è umida, un altro è fredda. In estate, quando faccio sentierismo in montagna, a volte mi sorprendo a pensare: “guarda, di qui sono passato sciando”… o, “in inverno proverò a venire qui”. La montagna esercita un grande fascino su di me.
Preventi: I suoi sci hanno rivoluzionato il mercato. Il modello Spada incorpora materiali come la pietra, fino ad ora impensabili nello sviluppo di questo prodotto. La Natura per Zai è il mezzo e il fine allo stesso tempo?
Simon Jacomet: Quand’ero piccolo andavo a scuola qui, nell’abbazia di Disentis. Molta gente aveva paura a salire in montagna perché era pericoloso. Ricordo che uno dei monaci ci diceva che dovevamo rispettare la montagna, ma che non dovevamo averne paura. Quando ho cominciato a ripensare allo sviluppo del prodotto, cercavo un materiale che fosse resistente e, allo stesso tempo, disponibile in grandi quantità. Allora ho guardato la montagna e mi sono detto: “Pietra!”
Sembra impensabile ma, grazie alla tecnologia, è possibile adattare quei materiali e convertirli in qualcosa di rivoluzionario. La nostra missione non è quella di fare sci di lusso, il nostro obiettivo passa attraverso la produzione dei migliori sci per far salire la gente in cima alla montagna a godersi l’esperienza. La vista è semplicemente spettacolare. A Zai l’unica cosa che facciamo è tentare di mantenere una tradizione. Non abbiamo mai tentato di convincere nessuno a comperare il prodotto Zai. Ma la gente sente la differenza.
Preventi: Con una gamma di prezzi che oscilla tra i 2.500 e i 5.900 franchi svizzeri (tra i 1.700 e i 4.000 euro) per la linea Zai e gli 8.000 e i 9.800 franchi svizzeri (5.600 – 7.000 euro) per le edizioni speciali che il marchio ha lanciato con Hublot e Bentley rispettivamente, come giustifica il prezzo finale del prodotto?
Simon Jacomet: È un’argomentazione complessa, risultato di una filosofia e di una forma di lavorare molto concreta: dietro c’è tutto un processo di pensiero critico… e il desiderio di fare un prodotto della migliore qualità e molto durevole. Il nostro obiettivo è quello di ridurre il design al minimo per offrire la migliore esperienza di sci e farlo richiede molto tempo: ci vogliono circa otto ore per fabbricare uno sci quando il tempo medio di qualsiasi marchio convenzionale è di quaranta minuti.
Uno sci Zai dispone di circa 42 pezzi, uno normale non arriva a 10. È un processo unico che unisce alta tecnologia con know-how umano. Per questo non potranno copiarci mai, perché per un marchio commerciale questa media di fabbricazione sarebbe impensabile.
E quindi ci sono i valori di marchio: la personalizzazione, il servizio al cliente, la trasparenza. Siamo arrivati a fabbricare un paio di sci con il legno che il cliente in persona -falegname di professione- ha voluto portare fino a Disentis. L’abbiamo dipinto di colore arancione su richiesta di un altro cliente e più di una persona è venuta fino alle nostre installazioni per seguire passo a passo il processo di fabbricazione del suo ordine.
La trasparenza, la precisione, il contatto con il cliente e la nostra filosofia “slow” sono gli elementi che fanno di Zai un prodotto unico.
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